lunes, 10 de mayo de 2010

El día en que el lápiz le ganó al tornillo


Señores, en nombre de todos mis colegas, me he vengado. Le gané un asado a un amigo ingeniero.

Les cuento la situación:

Encontrábame yo colocando un cartel corpóreo de polifan en las pequeñas oficinas en San Luis de una afamada multinacional dedicada a sistemas hidráulicos y motores eléctricos (entre innumerables rubros que abarca).
No es importante saber que empresa era, sino que, quien se manejó como el representante (mi cliente) era un ingeniero amigo.

Compenetradísimo me hallaba "reconstruyendo" una marca tipográfica pegando las piezas de polifan sobre la plantilla en vinilo previamente montada sobre la pared, cuando, de pronto, se da la situación de tenér que colocar una letra "e" (minúscula como la ven) próxima a una letra "R" mayúscula como acabo de graficar. Como corresponde a cualquier persona que haya prestado atención a Tipografía I, los ajustes ópticos me fuerzan a colocar el límite inferior de la "e" por debajo de la línea de "x" (para los no instruídos en el tema, esto quiere decir que la pancita de abajo de la "e" estaba por debajo de la base de la "R". De las dos patas, claro.

Que fué lo que pasó?.. jej.. vino el ingeniero y.. un poquito en broma y otro poquito en canchero, me corrige este "defecto".. a lo que yo intento rebatir con unos inofensivos tecnicismos que no lograron convencerlo (al punto de sentir que lo esta verdureando). Pues bien.. tal fué su orgullo y tal mi resistencia a ceder mi aprehensión académica, que me desafía a pagarme un asado si el cartel que estaba en la puerta (igual al que estaba armando yo, pero impreso en backlight) presentaba estas "tan extrañas características". Este pobre muchacho estaba convencido de que todas las letras tenían la misma altura.

Obviamente, viéndome yo en la situación análoga a quien le quita un juguete a un niño, accedí gustoso. Mi amigo, mi ingeniero amigo, tomo una escalera, un palo como para hacer de regla y partió hacia el cartel de afuera a ganarse el asado que su vista le estaba diciendo que se jugara.

Obviamente, cuando llegó, subió y atónito, y poniendo su regla de todos los modos posibles sin lograr el resultado que el buscaba, bajó con cara de bronca y, como un caballero, cerró la situación con un "ueón, te debo un asado.". Yo por dentro me sentía el vengador de varios de nosotros que hemos vivido esa clase de atropellos y hoy, les digo con certeza, la vengaza es dulceeee...

El hecho de que no pude terminar el trabajo porque me pintaron una "p" al revés, creyendo que era una "b", es irrelevante, no? en fin..

Saludos, amigos. Luego les cuento que tal estuvo el asado.

Diego

8 comentarios:

Juan Manuel dijo...

No me sorprende su arrogancia y su menosprecio a las afirmaciones de un profesional que estudio sobre el tema, ni me sorprendería que el tipo al bajar del cartel con la escoba hubiese dicho que lo habian hecho mal y que lo iba a hacer de nuevo, pero en lugar de pagarle a un diseñador esta vez lo iba a hacer él. En fin, no se le puede pedir humildad a un ingeniero.

Juan Jose dijo...

Yo creo que tiene que ver con estructuras. Un ingeniero basa su trabajo en afirmaciones o negaciones. Si o no. Afirmativo o negativo. Ajustes visuales? Qué es eso!
Para un ingeniero, si no se puede medir, no existe. Menos mal, sino se caerían edificios, las máquinas no funcionarían, no existiría Sprayette, etc.

Cada perro a su cucha che.

Juan Manuel dijo...

Estoy de acuerdo con vos Juan aunque solo en parte. Vos no vas a ir a decirle a un ingeniero que le ponga otro tornillo a la máquina que esta haciendo porque se va a desarmar, vos aceptas el criterio del tipo, probado está en el episodio de Diego, que ellos no hacen lo mismo con nosotros.

Julieta Ponce dijo...

No me banco a ningún ingeniero.
Cuadrados, calculadores, formales, soberbios y arrogantes.

¿Este era una post contra los ingenieros?

Instituto Santa Catalina dijo...

Jjajajaj amigos... yo estoy rodeado de ingenieros.. y más allá del tinte que le puse al post, con el objetivo de salpimentar el asunto, admito que fué teñido de buena onda y joda.. (aunque nunca dejó de tener un trasfondo de tozudes).

Lo que quiero decir es que no es contra los ingenieros. Mi hermano es ingeniero, tengo mas de un amigo que lo está por ser o lo es y mi papá se hace el ingeniero.. estoy rodeado.. Concuerdo en absoluto con Juan Marrero. Creo que estas características que los hacen jodidos en determinadas cosas, los hacen virtuosos en otras. Solo seres muy espciales podrían combinar todas estas caracetrísticas.

En fin.. divertido..

Abrazos

Diego

Roc dijo...

Más allá de las diferencias, quiero en este post, agradecer a un ingeniero que siempre puso su casa para los asados, y más de una vez, seguro, no lo dejamos dormir por las guitarreadas diseñísticas. Gracias Osvaldo Belzunceee!

Julieta Ponce dijo...

Ohhh, pero esa es otra clase de ingeniero.
Aguante el Lechuu!

Unknown dijo...

Muchas gracias por los dulces conceptos aquí vertidos.
Yo también los quiero mucho.
Lechu