domingo, 14 de septiembre de 2008
Reflexionando sobre comentarios, opiniones y conclusiones ajenas, y por supuesto que las mías también, me di cuenta que los seres humanos carecemos de la, llamada por mí, capacidad del disfrute.
Es muy común oír a una mujer rulada decir: - Quiero tener el pelo lacio… como el tuyo!
Ella no se da cuenta que el pelo lacio es lindo pero se enreda con mucha facilidad, si te pones cualquier tipo de traba o colín te dura lo que yo en una cama solar, y lo que es peor: siempre estás igual. A un cumpleaños de 15 tenés que llevar el pelo llovido y sin gracia. A la fiesta de egresados de tu hermano llevás el pelo llovido y sin gracia. A buscar a tu sobrino a la escuela llevás el pelo llovido y sin gracia. A comprarte zapatillas llevás el pelo llovido y sin gracia. Etc, etc. Ven, no disfruto de mi pelo lacio. Pero ahora si. Entiendo que tengo pelo lacio porque si tuviera rulos no me quedaría como patada en el culo, si no como catéter en zonas íntimas previo a una operación de riñones… Ay! No me estoy conformando. Estoy asumiendo que no voy a morir ni a volverme loca por no tener rulos. Capaz no podría encontrar la manera de manejarlos y tal vez es un favor de mi creador el de darme pelo lacio.
No solo el pelo es motivo de poco disfrute. Hay quienes quieren ser más jóvenes. Hay quienes hacen todo por verse y parecer “grandes”. Hay quienes no pueden dormir porque hace 3 meses que no cambian el celular. Hay quienes sufren no tener una casa llena de ventanales enormes que den a un graaaaaaaan patio florecido de Marimonias. Hay quienes no descansan hasta cambiar la notebook.
Y disfrutar no es conformarse. Me parece bien poder crecer y aspirar y querer cambiar el auto. El problema aparece cuando esto modifica nuestro estado de ánimo, el trato para con las personas que nos rodean, el cambio el humor por algo realmente prescindible.
Yo estudio y me esfuerzo para evolucionar, crecer, aspirar a un trabajo redituable, hacer feliz a quienes me rodean, viajar, formar una familia y darle confort, tener una actividad placentera y que me mantenga ocupada.
No estudio para cambiar autos, ni ampliar casas, ni comprar ropa y anillos, ni tener una mansión en un muelle del Potrero.
Ojo! Que se entienda. No es que no quiera auto, ni casa, ni ropa. Solo que la evolución personal y la búsqueda del disfrute no deberían contener la desesperación por el “quiero todo ya”. Eso nos pone de mal humor, nos arruga, nos quita fuerza y energía.
Yo quiero proponer el disfrutar de lo que tenemos, de quienes tenemos al lado. De lo que nos pasa y de lo que hacemos que nos pase. No compararnos con los demás, pero si ver que tenemos motivos suficientes para disfrutar. Sabiendo que la vida tiene momentos duros, complicados, dolorosos, pero que tarde o temprano te lo devuelve con situaciones alegres generadoras de felicidad.
Somos dueños de nuestro propio bienestar. De nuestro humor y armonía. Y eso no se logra hasta que no aprendemos a disfrutar de lo que somos y tenemos.
LA VIDA ES BELLA!
Julieta
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
2 comentarios:
hay que aspirar, como dice julieta, y la vida se hace mas bella
Yo quiero todo ya, y no me parece mal. Algunas cosas no las quiero ya, pero se que las voy a querer en unos años. Y lo que quiero ya, lo hago ya, obviamente en la medida de lo posible. La vida no es bella, la vida es vida, es un lapso de tiempo, absolutamente medible, es un frasco, relleno de momentos que consideramos buenos, malos, olvidables o inolvidables, enriquecedores, etc.
Todos somos frascos, y la tapa es la guadaña , algunos se cierran antes y otros despues.
Y... bue chau, que filosofar tanto, hay que hacer más, hablar menos, y probar todo para contarles a nuestros hijos que es lo bueno y lo malo, con conocimiento de causa, y no se cuanto que la vida es una sola y todo eso que está en las cadenas de mierda que te mandan por mail diciendo que disfrutes el momento y no se cuanto, y... chau, me voy a tomar una cerveza al cordón de la vereda, por más que sea lunes.
Eso es vida.
He dicho.
Publicar un comentario